Los ricos quieren más: La SuperLiga

La intención de 12 los clubes de fútbol más poderosos de Europa de poner en marcha su propia competición continental ha caído como una bomba de relojería en todos los ámbitos a los que alcanza el deporte rey.

La competición ha sido objeto de controversia desde su anuncio en abril de 2021. La UEFA, la FIFA y las ligas nacionales de fútbol han criticado el proyecto porque  amenaza a la integridad del fútbol europeo y que beneficia a los clubes más ricos a expensas de los más pequeños.

En la Liga de Campeones, las victorias reportan 2,8 millones de euros y los empates 930.000. Llegar a octavos de final supone un beneficio de 9,6 millones de euros, alcanzar cuartos da 10,6 millones y disputar las semifinales 12,5 millones de euros. Por ello, se le viene exigiendo cambios en el formato con el objetivo de elevar el número de partidos disputados entre los equipos más importantes y, de paso, incrementar la cuota de ingreso que les corresponde. De forma aproximada los ingresos de esta competición son de 3.250 millones y el reparto a casi 2.000, el 63%. 

Por lo pronto, los organizadores de la Superliga garantizan el reparto de 3.500 millones de euros a los 15 equipos considerados fundadores, una media de 233 euros por cada uno para paliar los efectos del Covid-19 y mejorar sus infraestructuras. Además, la competición prevé imponer topes salariales a los jugadores, límites de gastos estrictos y programas de distribución de beneficios favorables para sus miembros más ricos. Con unos ingresos previstos de 4.000 millones de euros para la competición a través de derechos audiovisuales y patrocinio. Con el añadido de que se repartirían entre menos equipos, 20, y de ellos 15 tendrían plaza asegurada cada año.

La Liga, tildó la iniciativa de "secesionista y elitista" y dijo que estaba diseñada para "enriquecer aún más a los más ricos".





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